El color del cloro


París contaba la historia de un bailarín que, por motivo de una enfermedad, tiene que cambiar su modo de vida y, desde ese momento, comienza a observar el mundo de una manera completamente diferente. El argumento de El gusto del cloro, obra del francés Bastien Vivès es muy similar: Un joven, siguiendo el consejo de su médico, decide ir a nada periódicamente. Lo que comienza como una obligación pasará a convertirse, a lo largo de las páginas, en su mayor aficción, sobretodo por la aparición de una chica que será quién le haga ver las cosas de otra manera.

La historia es, nuevamente sencilla, casual. Una historia con apenas diálogo, que Bastien Vivès nos cuenta con un bello dibujo donde predominan las tonalidades azules y verdes. Y todo transcurre en el interior de la piscina, un espacio muy semejante a la famosa piscina de la calle Pontoise en París, inundado por luces de esos mismos colores.

En su blog podemos encontrarnos con más retratos de lo cotidiano, que el autor recoge y expresa a través del dibujo, por ejemplo en sus cuadernos de viaje, repletos de personajes anónimos, algunos de los cuales pueden acabar contándonos una historia.