Matrioska visual


Estos días hemos participado en la Photography & Modern Architecture International Conference celebrada en Oporto, con el trabajo «Visualizing Portugal: Pedro Cid´s Pavilion at 1958 Brussels World’s Fair through photography», un análisis de la importancia de la fotografía como herramienta para proyectar un país hacia el exterior, tomando como ejemplo las imágenes del pabellón portugués en la Expo 58 realizadas por los hermanos Nováis.

Al estudiar las fotografías del montaje interior, en concreto en aquellas referentes a la zona dedicada a los trabajadores del mar, nos encontramos con una estructura metálica que, como una red de pesca, recoge una serie de imágenes en blanco y negro despertando la atención del visitante. ¿A quién podrían pertenecer esas imágenes que interesaron también al fotógrafo del pabellón? Fotografías dentro de fotografías como una matrioska visual que contribuyen a reforzar y completar esa imagen de país proyectada hacia el exterior.

La investigación nos condujo hasta el fotógrafo Artur Pastor y, gracias a la colaboración de su hijo, pudimos confirmar la autoría de las imágenes. Artur Pastor (Alter do Chão, 1922 - Lisboa, 1999) contaba con 36 años cuando recibe el encargo de colaborar en el pabellón de Bruselas. Se había formado como Regente Agrícola en Évora y había comenzado a realizar fotografías de un modo autodidacta a partir de los veinte años, especialmente sobre temas agrícolas y pesqueros que le interesarán durante toda su vida. Desde los años cincuenta la Dirección General de Servicios Agrícolas le asigna la función de fotógrafo, desarrollando reportajes en diversas zonas del país.

Enseguida, su trabajo se ve reconocido más allá del valor documental por su talento y sensibilidad al retratar lo cotidiano: la tierra y sus habitantes, que se inmortalizan en acciones cotidianas, a los que el fotógrafo les otorga grandeza y dignidad. La calidad de las imágenes obtiene la admiración del gobierno, que le invita en el año 1953 a participar en la Exposición de Turismo Nacional celebrada en el Palacio Foz de Lisboa, donde aparecen sus arrebatadoras fotografías tomadas en diversos lugares del país.

La fotografía de Pastor, tanto en las imágenes sobre temas pesqueros mostradas en Bruselas como en otras temáticas posee un gran valor no sólo en el aspecto documental de Portugal y sus gentes, si no en su propia calidad artística, que nos aproxima de una manera personal, próxima y sincera a la vida cotidiana y a los paisajes culturales que le dan sentido. Entre ellos, dedica una especial atención al patrimonio construido, desarrollando un amplio levantamiento fotográfico para la mítica obra Arquitectura Popular em Portugal editada en 1961 por el Sindicato Nacional dos Arquitectos.

La presencia de Pastor en el pabellón de Bruselas introduce un interesante aporte a la manera de visualizar Portugal: un acercamiento noble y veraz a las personas, que contrasta con la visión prístina y preciosa de Nováis. Como en las fotografías, el país es la moderna y precisa arquitectura de Pedro Cid, pero también es el paisaje y el paisanaje retratado por Pastor, y ambas visiones confluyen y se integran en la muestra con armonía y naturalidad, como en la propia tierra.